28 de marzo de 2012

Tenemos motivos para (ir más allá de) la huelga general. Comunicado del GADI Catalunya


Hoy, 29 de marzo de 2012, sobran los motivos para parar la economía enfermiza en la que vivimos; sobran razones para salir a la calle a denunciar la pseudo-política que sufrimos. La enésima reforma laboral orientada a precarizar y subyugar aún más la vida de la inmensa mayoría se enmarca en un contexto de creciente barbarie generalizada. Esto hace que una huelga general, como reacción masiva encaminada a reunir fuerzas populares, sea absolutamente necesaria.

Aún así, la huelga general puede adoptar dos enfoques: un enfoque reformista, en el que se dan por sentadas las principales instituciones del sistema estatal-mercantil y se reivindican algunas mejoras en las condiciones de vida y en los derechos sociales, o un enfoque antisistémico, en el que se impugnan las principales instituciones del sistema y se apunta a un cambio sistémico, es decir, una transformación social profunda y cualitativa, no meramente superficial y cuantitativa, de la sociedad. En el caso que nos ocupa, los planteamientos reformistas son expresados sobretodo por las centrales sindicales mayoritarias, CCOO y UGT; estas sostienen que frenar el avance de la reforma laboral es el único objetivo de la huelga, sin denunciar en absoluto la idiosincrasia del Estado “representativo” y la economía de mercado capitalista, poniendo de manifiesto su plena connivencia con estas instituciones. Por otra parte, los planteamientos de carácter antisistémico son principalmente expresados por las centrales sindicales “alternativas”, especialmente las anarcosindicalistas, que preconizan más o menos explícitamente la abolición del capitalismo y del Estado. Así, aunque estas reivindican también mejoras de carácter superficial y parcial, entienden el reformismo como un medio para conseguir eventualmente el fin último del cambio sistémico liberador, a diferencia de los planteamientos meramente reformistas que conciben el reformismo como un fin en sí mismo.

Consideramos que hoy en día es menester, en primer lugar, desenmascarar los planteamientos reformistas, que son presentados como parte de la solución cuando, en realidad, forman parte claramente del problema. Sin convenimos que la raíz del problema es un sistema basado en una inmensa y creciente concentración de poder en todos los ámbitos, cualquier fuerza política y/o sindical que encubra la fuente del mal y la reproduzca a través de una organización jerárquica se está poniendo en evidencia como agente provocador de confusión ideológica y desorientación estratégica. Por el otro lado, en segundo lugar, hoy en día también es necesario superar los planteamientos reformistas-antisistémicos propios del anarcosindicalismo: la creación de una atmósfera de lucha cotidiana a través de reivindicaciones concretas, parciales y inmediatas con el objetivo de forjar una consciencia sólida de la opresión y la explotación, estrechar los lazos de solidaridad y fomentar la unión y la fuerza de los trabajadores/as es un factor necesario para la liberación social, pero también insuficiente por sí mismo. Esta insuficiencia sólo se puede superar si esta lucha forma parte explícita de un proyecto global para construir una nueva organización social y si está conectada con una estrategia de transformación social general con unos medios claramente definidos y articulados en múltiples ámbitos de la sociedad; de lo contrario, está condenada a caer en el reformismo como finalidad, a pesar de que la intención sea, en primera instancia, concebir el reformismo sólo como un medio.

En otras palabras, no podemos esperar que el cambio sistémico hacia una sociedad realmente autónoma y comunitaria provenga de una revolución social que concebimos en un futuro lejano y que, para avanzar hacia tal revolución, no nos queda otro remedio que reivindicar medidas reformistas esperando que esto conduzca a la radicalización de las conciencias y a la creación de las condiciones para la revolución. Tenemos que ser realistas: si nuestro objetivo político primordial y principal no es, aquí y ahora, efectuar un cambio sistémico, este no llegará nunca, sino que se limitará perpetuamente a ser una vaga idea sobre el papel. El primer paso para conseguir una meta colectiva tan importante como esta es quererla decididamente, compartirla ampliamente, reflexionarla profundamente y pensarla conscientemente.

Así, el único modo en que una huelga general puede contribuir efectivamente al cambio sistémico liberador que necesitamos es haciendo que, clara y explícitamente, la reivindicación principal de la misma sea el cambio sistémico liberador. Puesto que la causa primordial y principal de los males de la sociedad actual es el sistema estatal-mercantil establecido, nuestra reivindicación primordial y principal tiene que ser, lógicamente, la abolición de dicho sistema en favor de una nueva forma de organización social realmente democrática. Si se esgrime eso de “esta reforma laboral es necesaria para la economía” tenemos que responder situando las cosas en su lugar: “precisamente por eso nuestro objetivo principal es deshacernos de una economía que tiene necesidades y dinámicas que resultan alienas y contrarias a las necesidades y voluntades de las personas”. Si nos dicen que “los gestores políticos del sistema actual se encuentran impotentes frente a los condicionamientos e imperativos del mercado” nosotros, con más razón, podemos responder “esto sólo reafirma la necesidad de abolir el sistema de mercado como forma de asignación de los recursos económicos y los “representantes” políticos como forma de toma de decisiones políticas”.

Ahora bien, sólo podemos propugnar el cambio sistémico liberador como objetivo primordial y principal de nuestra lucha si estamos en condiciones de hacerlo, es decir, si disponemos de un proyecto para construir una nueva forma de organización social y, aún más importante, si ponemos en marcha una estrategia general para efectuar el cambio sistémico. La huelga general podría ser una de las tácticas que formase parte de tal estrategia. Para que así fuera, sería necesario conectar las reivindicaciones parciales, superficiales e inmediatas con una lucha global, profunda y a largo plazo. Es necesario que la huelga general sea una táctica más en el marco de un movimiento cotidiano dedicado no sólo a combatir e impugnar el sistema actual sino también a construir paralela y progresivamente un nuevo sistema de organización social y su correspondiente sistema de valores. Es menester,asimismo, que este nuevo movimiento emancipador se organice no sólo en base a la clase trabajadora, como se ha concebido tradicionalmente, sino que todas las personas que repudian los distintos tipos de opresión se unan en base a un paradigma común que impugne toda forma de concentración de poder y propugne la igualdad de poder en todos los ámbitos de la sociedad.

Grupo de Acción de Democracia Inclusiva de Catalunya
29 de marzo de 2012

2 comentarios:

  1. Efectívamente es fundamental cambiar el sistema para la protección y gestión de los recursos del planeta. Estamos en un momento histórico donde es inebitable ese cambio de gestión donde se prime la concienciencia y un auténtico concepto y cultura del bienestar social frente al neoliberalismo consumista de un sistema en decadencia que se colapsa, extingue y aniquila los recusos naturales contaminando la tierra. Ese cambio es vital, costará conseguirlo, pero todos podemos hacer algo para conseguirlo desde nuestra conciencia induvidual para crear una conciencia colectiva solidaria. probablemente la vía de conceguirlo es la rebelión global:la desobediencia global. La INSUMISION

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  2. La insumisión y la desobediencia será un recurso y un hecho muy positivo, pero hará falta también un proyecto general común con una estrategia de transición para llevarlo a cabo, para ir construyendo progresivamente las bases (tanto a nivel institucional -asambleas populares con cada vez más poder, nuevo sector económico demótico, educación emancipadora...- como a nivel de los valores y las consciencias de la población) de la verdadera democracia.

    Un buen texto para reflexionar sobre esto es el de 'Estrategias de transición y el proyecto de la Democracia Inclusiva', en particular la segunda parte, que habla de la propuesta (pág. 24): http://www.democraciainclusiva.org/txt/eestrat.pdf


    Saludos!!

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